Echamos la vista atrás y parece que fuese ayer cuando estábamos en Casablanca, ya en el avión esperando el despegue hacia Yaounde.
Recorremos las mismas calles hacia la iglesia, en las que con el paso de los días vamos descubriendo nuevos detalles. Una vez recuperadas fuerzas con el desayuno y unos cantos y oraciones mañaneras, nos disponemos a dar comienzo a la jornada lectiva, desde los más pequeños aprendiendo las letras y los números, pasando por juegos y un correcto cepillado dental, hasta los más mayores con las complejas matemáticas y el perfeccionamiento de las lenguas (inglés y español). El plan de la tarde requería una comida más rápida y antes de lo habitual, para poder tomar rumbo a los diversos mercados que estaban planeados visitar hoy.
El primer mercado se localizaba en el museo nacional de Yaundé. Resalta por su gran cantidad de puestos, tanto de artesanía como de gastronomía. Entre estos encontramos especias de todo tipo, plantas medicinales y comidas típicas de distintos países de África.
El segundo mercado nos ha impresionado por su gran cantidad y variedad de telas, sorprendidas por sus numerosos estampados, colores y texturas.
La última visita del día consistía en distintos puestos con elementos propios de África: cuadros, tallas de madera, brazaletes…
Volvemos a casa en un trayecto con el que descubrimos nuevas calles y lugares del barrio, agradecidas por las sonrisas y saludos de sus habitantes y comerciantes.
Adentrándonos a lo típico
24 de julio de 2024
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