Desde que conocimos nuestro destino hemos intentado imaginar cómo sería Evinayong. Podría decirse que ha superado toda expectativa.
Nuestro primer día ha comenzado temprano, con los cantos fang del coro parroquial y de los gallos. Después del desayuno hemos disfrutado de nuestra primera eucaristía de domingo, con sueño, pero con mucha ilusión. La segunda lectura de hoy decía: “Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.” Pudiendo ver la situación de vida de esta gente… nos damos cuenta de la gran presencia de Dios aquí, a través del cariño que nos transmiten los niños que serán nuestros alumnos las siguientes semanas.
Tras la ceremonia, no podíamos esperar más a conocer las calles de Evinayong, con el muy buen acompañamiento de algunos de los niños del colegio Carmen Sallés. Aquí las casas humildes se mezclan con la selva creando un paisaje único. Finalizamos la ruta conociendo la maravillosa obra que han hecho las religiosas concepcionistas creando un instituto en la ciudad con unas instalaciones muy modernas.
El día termina con un momento de adoración al Santísimo y reflexión. ¡Ah! y cenamos pizza.
Calentando motores
08 de julio de 2024
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