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Comienzan las despedidas

10 de agosto de 2024

Hoy el día amaneció raro, nuestros ánimos eran distintos. ¡Es el último día de campamento! Esta aventura se empieza a acabar y en nuestras caras comienza a vislumbrarse un: «no me quiero ir todavía; que el tiempo vaya más despacio».

Llegamos por última vez al colegio y abrimos nuestros salones por última vez. Hoy no hay clases, les toca descansar, que los niños se han portado como unos campeones. En vez de eso, comienzan las fotos de grupo, realizamos un árbol con nuestras huellas para dejarlo de recuerdo en el colegio, Alberto se lleva su bandera de Socuéllamos para que los niños y profes se la firmen, hacemos alguna actividad en los salones y les repartimos algunos regalos de fin de campamento.
Después de la merienda, a los niños les prometimos un sorpresón y no fue para menos. Rodnny (un animador local) y su grupo de jóvenes nos prepararon bailes, juegos y mucha, mucha diversión. Las caras de los niños lo dicen todo.

Después de ¡dos horas! jugando, bailando y divirtiéndonos, toca el almuerzo (un arroz con pollo delicatessen de las cocineras, con su raspadura y todo) y por último lo que nadie quería: las despedidas, los selfies, las fotos grupales, los lloros y los «el año que viene espero veros otra vez, sois los mejores». Ha sido todo muy emotivo e inolvidable. Nos vamos con el corazón llenito.

Antes de regresar a casa, como estábamos un poco tristes, un ser sacado del mismísimo «Jurassic Park» nos ha visitado y alegrado un poco la mañana. Como no queríamos guardarnos la visita para nosotros solos, le hemos montado en la cajuela del coche y hemos dado una vuelta por el pueblo, con fondo musical de «España cañí».

En casa, un juguito fresquito, una cabezada rápida y para Morichal Verde. Bueno, primero hemos ido 3 veces al colegio: que sí hay que apagar el aire, que si se me han olvidado los petos, que si hay que ir a por los huevos o, arrea los globos se han quedado dentro… Total, la idea era salir a las 15.00 y al final hemos salido a las 15.30.

Llegamos a Morichal Verde, que también es nuestro último día allí. De despedidas va el día, así que casi acabamos deshidratados y no por lo que sudamos (que tampoco es poco).
Los niños jugaron con M. Ana Rosa, M. Yajaira y Sara mientras que los más grandes jugaron con Mateo y Alberto. Se acaba nuestra tarde con una foto grupal de Morichal Verde… ¡Qué bonito todo! Los abuelos con sus nietos, los padres con sus hijos, una foto que nos llevamos en el corazón.

Llegados a casa nos toca una cena muy francesa en honor a la victoria de la selección olímpica española y a dormir.

¡Por cierto! Alberto hoy bailó bajo la lluvia porque M. Socorro le dijo que con el agua de Venezuela crece el pelo.

¡Mañana, día de limpieza y orden!

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