Amanecemos con la visita de una «amiga» que llevaba algunos días sin venir: la lluvia. Nos ha hecho pensar que íbamos a tener poca afluencia en el campamento, pero el chaparrón ha sido breve y a la hora de siempre teníamos a los mismos muchachos fieles. Hoy ha vuelto Yunni, la directora , que llevaba algunos días sin venir porque estaba pachucha , así que nos hemos alegrado mucho de tenerla de nuevo entre nosotros, porque es estupenda. Ha venido con su hija Ámbar Albany , que se ha incorporado como una más de las maestras campamento.
Como hoy era el penúltimo día, hemos seguido con las cartas de agradecimiento y, después de la merienda, actividades opcionales: unos han ido a fútbol, otros a voley y otros han estado viendo una película. Eso sí, antes de comer nos hemos juntado todos en la «sala de proyecciones» para ver el estreno en primicia de nuestro lipdub. ¡Todo un éxito!
La siesta de hoy ha sido un pelín más breve, porque antes ir a Morichal Verde, hemos pasado por el colegio. Nos dieron un chivatazo algunas vecinas porque se estaban colando sin permiso un grupo de chavales todas las tardes para jugar al fútbol. La madre directora superiora ha pedido a Mateo que pusiera la cámara en «on» para dejar constancia de la okupación, y ahí se ha puesto él, en plan vigilante de la playa.
De camino a Morichal Verde, hemos sido testigos de otro acontecimiento altamente inaudito: ¡ha pasado un tren! Todos los días hacemos el camino paralelos a las vías y, según nuestra información, es más improbable ver el tren que las actas de las elecciones. ¡Pues lo hemos visto y tenemos prueba!
Al llegar a la comunidad, lo primero que tenemos que hacer es sacar agua del pozo para preparar la yucuta. Hoy lo hemos hecho entre humos, porque se han puesto a quemar el campo de los alrededores. Por lo visto, hay muchas culebras y así limpian de hierbas altas. Por nosotros, estupendo.
En el rato de la oración, hemos tenido amenaza de tormenta. ¡Tremendo ventarrón del Espíritu! Pero eso no nos ha impedido continuar con nuestra alabanza comunitaria. Al final, ha sido falsa alarma, y hemos podido tener nuestra tarde de juegos con mayores y pequeños. Y, por supuesto, con nuestro servicio de farmacia ambulante, gracias a todas las medicinas que nos entregaron en España. La verdad es que están haciendo mucho bien, porque ahora anda la gente con mucha gripe y estamos dando paracetamoles e ibuprofenos a espuertas.
Al llegar a casa, Socorro nos tenía preparada la merienda indígena. Por fin hemos podido probar la yucuta (suponemos que no es lo mismo con agua de grifo en vez de pozo, pero no nos arriesgamos). Solo decir que nuestro gusto aún se tiene que adaptar a este sabor… Por cierto, Socorro también nos tenía sorpresa al volver del cole en la mañana: ¡rosquillas! ¡¡¡Esa Socorro, cómo mola, se merece una ola!!!
Termina el día con la noticia de que «nuestro amado presidente» está preparando una ley para regular las redes sociales, especialmente WhatsApp e Instagram, por ser promotoras del fascismo. Nos queda una semana más. Que se espere. O, mejor, que se vaya él.
