Parece mentira que haya llegado el último día de nuestro proyecto misionero. Para no desmerecer el ritmo de este mes, ha sido también un día intenso muy bien aprovechado desde el comienzo de la mañana. Mientras que algunos voluntarios fueron con Sœur Emilié a la parroquia de San Achille, Enci y Ana Rosa participaron en la misa de nuestra parroquia para poder despedirse del párroco, quien les agradeció su participación en la misa diaria por el testimonio que suponía para el resto de fieles y les dio su bendición antes de emprender el viaje.
Al salir de misa, nos esperaban Albert y Evarist para llevarnos a conocer sus hogares antes de nuestra marcha. Evarist, vive con su preciosa mujer Cristel y sus 6 hijos en una colina a media hora caminando del colegio. Eso nos dio la oportunidad de conocer otra parte del barrio distinta a la nuestra. Después nos acercamos a la casa de los padres de Albert, ya que él vive en el norte y se había desplazado con su hijo a Yaoundé para participar en el curso de verano. Allí tuvimos oportunidad de conversar con sus padres, quienes también tienen muy buenos recuerdos de las hermanas que han pasado por este lugar.
Tras las despedidas, llega el momento de preparar maletas y hacer limpiezas. Hoy tenemos la suerte de que Rosy ha regresado de sus vacaciones y, para no variar, desde el primer momento, está disponible para hacernos favores: trenzando y acompañando al supermercado para las compras de última hora. También aprovechamos para hacer una última visita a los niños del orfanato y entregarles algunos regalos. Ellos también tenían preparadas tarjetas para nosotros. La despedida fue emocionante porque nos acompañaron llorando hasta la puerta de casa, y es que, si para todos quienes hemos participado en este proyecto la experiencia ha sido buena, sin duda quienes más la han disfrutado ha sido este grupo de niños. Además, nos queda la satisfacción de saber que el curso que viene, gracias a las becas de la Fundación Siempre Adelante, la mayor parte de ellos va a poder incorporarse como alumnos de nuestro colegio. ¡Uno de los muchos frutos de este proyecto!
Después de la cena, toca despedirse de las novicias porque hoy tenemos que ir pronto a la cama ya que salimos de madrugada. Ha sido muy enriquecedor compartir estos días con ellas y creemos que para ellas también ha sido una buena experiencia de comunión.
A las 12:30 ya estábamos en pie para salir al aeropuerto y hacer nuestro último recorrido por estos caminos llenos de baches que tanto nos han impresionado. Nos acompañaron las hermanas Felicité, Emilié y Caroline. Nos despedimos de ellas con mucha emoción y el corazón profundamente agradecido por su acogida y por lo bien que nos han tratado durante todos estos días. ¡Un auténtico ejemplo de entrega!
Nuestro avión sale con un poco de retraso (cosa que ya no nos extraña) para Casablanca y tras la escala, toca el último tramo del viaje que nos llevará a Madrid. Termina nuestro proyecto, pero el proyecto de Camerún, continuará…
