Hoy hemos tenido ruta oficial de colegios Concepcionistas de Venezuela. A primera hora hemos visitado el colegio de Nazaret, donde nos han acogido Marisela y Melania. Nos sorprendió muchísimo el contraste del barrio con el colegio. Los terrenos están sobre una zona que se le conoce como “la invasión”, una parte por la que la ciudad de Ciudad Bolívar creció tan rápido que no tiene ni agua corriente, ni un sistema de alumbrado público, y, por supuesto, ni carreteras asfaltadas. Las casas son de lata y las calles, estrechísimas. Bueno, con todo esto, se erige cual oasis en el desierto la “Unidad Educativa Colegio Carmen Sallés”, con una bellísima capilla, un edificio para primaria, y otro para secundaria y guardería. Asentado en un terreno enorme, hay planes de ampliarlo aún más con un proyecto de nuestra ONG «Siempre Adelante» y hasta de construir la residencia de las hermanas.
A continuación, hemos visitado el colegio contiguo a donde hemos pasado la noche. El colegio “La Inmaculada”, engalanado con logos Concepcionistas por todos los lados y con un lindísimo mural de la Virgen Inmaculada –haciendo así gala de la catolicidad del centro–, y con un montón de aulas, acoge en torno a 900 alumnos al día en 2 turnos. Una auténtica barbaridad de niños.
Terminado el segundo tour, vuelta a casa y a preparar el coche para irnos al aeropuerto. Hoy volábamos a Caracas. Mateo ya es un experto en soplar gasolina, por lo que hoy no tuvimos problemas con eso.
Nuestro vuelo no salía desde Ciudad Bolívar, sino desde Puerto Ordaz, que está como a 120 km. Alberto y Mateo se ofrecieron forzosamente a ir en la cajuela ya que por la cantidad de gente que necesitábamos para retornar la camioneta a Ciudad Bolívar no entrábamos todos.
En el aeropuerto nos pusieron un poco de problemas con Socorro, pero nada que M. Yajaira no pudiera solventar con el carácter que le caracteriza. Nos hicieron poner a M. Socorro en una silla de ruedas, cosa que Socorro protestó, pero al final accedió para evitar complicaciones.
El vuelo salió en hora y nos permitió ver el Orinoco y su angostura desde el aire. ¡Qué bella que es Venezuela!
En Caracas nos esperaban M. Mariana y Ana Adelaida, una ex alumna de Socorro y ahora profesora en Montsalbán, colegio al que nos llevaron para pasar estos dos últimos días. Por el camino pudimos ver Caracas de día por primera vez, ya que cuando vinimos era de noche. Nos recibieron con una torta riquísima en el colegio, y con la alegría que caracteriza a los colegios de Santa Carmen Sallés. Rezamos vísperas, cenamos y aquí estamos, cansados del día tan largo que hemos vivido, pero sintiéndonos tremendamente afortunados de estar rodeados de tanta gente buena que nos ha ayudado hoy a completar este viaje.