Con tristeza hemos recibido la noticia del fallecimiento de uno de los primeros patronos de la Fundación Siempre Adelante, D. Rafael Agudo Moreno.
Compartimos una semblanza escrita por M. Esperanza Aguado, quien, como él, es natural de Pozoblanco y también una de las fundadoras de la ONG.
«Al hablar de Rafael Agudo siento, especialmente, agradecimiento, tanto a su persona como a la labor que hizo en nuestra ONG Siempre Adelante desde la fundación de la misma. En sus inicios fue invitado por M. María Luz Martínez, en aquel momento Superiora General. Él formó parte del primer Patronato fundacional, el 5 de noviembre de 2004. Participó en las reuniones que habitualmente se tenían, aportando su sabiduría, su visión de futuro y su generosidad. El día de constitución de la Fundación Siempre Adelante, ante un notario de Madrid, lo acompañó su mujer María. Cuando terminamos todos de firmar -yo también formé parte de aquel primer Patronato fundacional- él dijo, con la generosidad que le caracterizaba: “¡Vamos a comer!¡De esto me encargo yo!”
¿Qué aportó Rafael Agudo a la Fundación Siempre Adelante y a la Congregación Concepcionista? Aportó, en principio, su generosidad, su talante emprendedor, su visión de futuro y su economía. Era un hombre bueno, un hombre formado a golpe de esfuerzo, a golpe de generosidad, a golpe de necesidad. Un hombre que en los años ‘70 y ‘80 y principios de los ‘90 derramó todo lo que Dios le había dado de una forma altruista, comprometida, generosa, trabajadora.
La Fundación Siempre Adelante contó con este pilar en su inicio y esto es lo que quisiéramos agradecer; sobre todo que era un hombre bueno y generoso. Y reconocer la presencia, también, de este pilar que era su mujer María y esa generosidad que dejó derramada en sus hijos. Podría hablar mucho de Rafael Agudo, porque, a nivel personal, nuestras familias eran muy amigas. Nos apoyamos mutuamente, mis padres con sus padres, él con mis hermanos… pero solo quiero destacar y manifestar el agradecimiento por su generosidad y su saber estar para nosotros en la Fundación.
Fue una de las doce “piedras” de la base inicial y esto hay que agradecerlo, no hoy, porque ya no está con nosotros, sino que a lo largo del tiempo. Una vez finalizado su cargo como patrono no dejó de seguir interesado en la Fundación. De hecho, sus hijos recibieron esta luz de la generosidad, y también siguen colaborando.
Recuerdo la última vez que fui al pueblo, que te vi en los semáforos, hablamos de la Fundación, hablamos de tus nietas, hablamos de la Virgen de Luna, hablamos, como no, de tu mujer María, que te esperaba ya en el cielo, a una semana de la fiesta de la Virgen de Luna. Has ido a encontrarte con tu mujer y volvéis a estar unidos en un abrazo.
Recordad la Fundación. Que Dios te dé allá en el cielo el mismo modo que tenías aquí en la tierra de ayudar; ayudar a quien sea: a las familias que iban a comprarte los coches y que no podían pagarte y te pagaban de mes en mes, a los que no tenían, y tú sabías que no tenían, y les facilitabas una bolsa de fruta del almacén que estaba al lado de tu taller,…
Recibe el abrazo de cada miembro de la Fundación, de cada niño al que tú has ayudado a estudiar. Recibe el abrazo de los que te hemos conocido y, sobre todo, que sepas que para nosotros fue un orgullo tenerte en la Fundación. Fue un orgullo que M. Mª Luz Martínez te buscará para iniciar esta andadura, que ya lleva 18 años.
Recibe un abrazo agradecido de la Fundación Siempre Adelante. Descansa en paz, Rafael.»
