Para el día de hoy teníamos planeado una excursión un tanto atrevida y animada. Como es común aquí, quedamos a las 10:02 para ajustarnos al horario guineano.
Nos acompañaron siete exalumnos que ya forman parte de la familia concepcionista. Nuestro objetivo era llegar a las cascadas, que estaban dentro de la selva. Comenzamos nuestro camino con mucha energía,risas, música… Tanto que se nos pasó la entrada del camino y fue gracias a un papa que se ofreció a guiarnos a pesar del trabajo que tenia que hacer. Esto nos dio mucho que pensar, el gran corazón que tiene el pueblo de Evinayong pues a pesar de las cosas que tienen que hacer no les importa dejar sus cosas para ayudarnos. La ruta parecía sencilla en un principio hasta que nos adentramos más y más en la selva pues empezaba a complicarse y se convirtió en un gran challenge que teníamos que superar en equipo. Finalmente tras algunos sustos graciosos, pudimos llegar a ver ese maravilloso paisaje. Pudimos escuchar la caída de la cascada y el sonido de la selva, la auténtica creación de Dios.
Algunos de ellos atrevieron a bañarse, mientras que el resto les animaba. Pudimos llegar a casa sanos y salvos, jajaja.
Tras la aventurosa mañana, por la tarde tocaba reunir fuerzas para ensañar y preparar la eucaristía de mañana. Los mismos chicos nos ayudaron a escoger canciones para la misa.
Y el día no podía terminar de una mejor forma tocaba noche de peli y tiempo en familia. Vimos de greatest showman y de sorpresa, las madres nos prepararon unas bolsitas de palomitas dulces.
Sin duda alguna ha sido un día lleno de regalos por lo que una vez más damos las gracias a Dios.
