A las 6 ya estábamos en pie. Desayunamos unas arepas riquísimas. A las 8:30 ya estábamos en la iglesia para la misa de domingo, el cura nos hizo presentarnos a la comunidad que nos recibió con los brazos abiertos.
Al terminar, nos pusimos manos a la obra con nuestro proyecto. El día anterior habíamos calculado cuánta comida y aperitivos teníamos que comprar para el mes que estamos aquí. Compramos todo lo que teníamos que comprar, ante la mirada atónita de algunas niñas que nos pidieron fotos. Llevamos la compra al colegio y volvimos a casa para organizar todo el material que hemos traído de España. Una vez organizado, lo llevamos al colegio de nuevo.
Por la tarde, después de comer, nos coordinamos para organizar las clases y actividades de mañana, tenemos tantas ideas que no sabemos por dónde empezar… desde luego las ganas no nos faltan.
La mejor parte del día fue, sin duda, la visita a la comunidad Ekunay, que significa “buen espíritu”. Fuimos a anunciar que mañana iríamos a compartir juegos, baile y tiempo con la comunidad, y fuimos recibidos por todos los niños. Madre Socorro conoce a todos y cada uno de los niños y sus familias, que se abrazaban a ella como a una verdadera madre.
La palabra de hoy en misa nos hablaba de los falsos pastores, pocas veces el mundo ha tenido tantas ofertas, pero a pesar de todo carecemos de auténticos líderes que con su ejemplaridad de vida y atracción de mensaje nos inviten a empeñarlo todo. Hoy, sin embargo, vimos un claro ejemplo.
Nos vamos a la cama con ilusión por comenzar las clases mañana, y por ser un poco más como la M. Socorro.