Hoy fue el día más fresquito desde que llegamos aquí. Ya estamos acostumbrados a no ver el sol, pero hoy además corría una brisilla mañanera que hizo que comenzar el día nos costara un poquito más. Nos despertamos con el recordatorio de que comienza el proyecto de Venezuela y ya estamos deseando leer su blog.
Nosotros estamos en el ecuador de nuestro viaje y ya empezamos a acostumbrarnos a aquellas cosas que al llegar no dejaban de sorprendernos: todo el mundo nos saluda por la calle, los niños nos acompañan allá donde vamos, nos tocan todo el rato el pelo…(eso a las chicas no nos termina de convencer demasiado). Solo nos queda una semana de curso de verano, y cada vez somos más conscientes de que al volver a España vamos a echar de menos estas pequeñas cosas.
Después de una mañana productiva de clases fuimos a comer y a descansar un poco, ya que por la tarde nos tocaban deportes en el instituto. Los alumnos del curso de verano jugaron a fútbol, volley, baloncesto y hockey, y otros se quedaron sentados mirando a los demás con los voluntarios más vagos.
Por la noche, después de cenar cada vez se nos alargan más las sobremesas, ya sea contándonos cosas del día, bromeando y conociéndonos más. Mañana visitaremos Ebebiyín así que toca ir a descansar.