¡Suena el reloj! y lo apagamos con más ganas que nunca , sabiendo que hoy recorreríamos unos de los lugares más especiales y asombrosos de Yaoundé.
Tras coger fuerzas con un rico desayuno,
preparamos bocadillos para todos los voluntarios y las personas que nos compararán en esta aventura: las hermanas, Susan, Evaris…
Hacemos el típico picnic español lleno de bocadillos de jamón, tortilla y chorizo.
Ya dispuestas, cogimos el mini-bus rumbo a las instalaciones de las Congregación de las Hermanas de la Cruz de Estrasburgo, destacando sus grandes explanadas donde forman a las novicias y postulantes, la residencia de estudiantiles y ancianos, dando gracias por habernos dado la posibilidad de conocer a sus mayores, auxiliares y compartir una maravillosa mañana con ellos.
Tras terminar llegó la deseada y merecida comida, la cual hemos disfrutado en gran compañía y risas.
Volvemos a coger el mini-bus entre cantos y alguna que otra siesta, llegando a nuestro segundo destino, una sorpresa propuesta por Evarist.
Consistía en una visita a una “gruta” en Bikok, donde se encontraba una capilla de ámbito natural con una virgen situada en una roca, que nos ha recordado las visitas a nuestra Virgen de Lourdes.
A continuación empezamos a adentrarnos en la selva siguiendo un camino que nos presentaría los lugares donde vivían los antiguos pobladores de Camerún, los Pigmeos. Terminamos la ruta asombradas por la vegetación, los cantos de los pájaros, los colores y una oración ante nuestra Señora, dando fin a nuestra visita.
Nos montamos de nuevo en el mini-bus para nuestro tercer destino, el Santuario de Nuestra Señora de la Paz, donde nos han acogido con gran cariño e ilusión, llenándonos de la historia del santuario, sus elementos, presentándonos el origen y características de la Comunidad Mariale Oasis de la Paix.
Finalizadas nuestras visitas nos disponemos a volver a casa, dando las gracias y la enhorabuena a nuestro conductor, debido a la gran dificultad del terrenos como consecuencia de las lluvias y a las complicaciones del camino.
Tras cenar y tener un pequeño encuentro en grupo, nos acostamos para reponer fuerzas.