Empieza el primer lunes en Morichalito, y podemos decir que para algunos ha sido un poco antes que para otros, ya que Mateo y Alberto han escuchado una pelea de gatos ( o incluso de tigres, nadie sabe) levantándoles de esta manera de forma un poco alborotada. Tras esto, el grupo 1 -“los buenos”- han elaborado sus primeras arepas, y la verdad que les hemos dado el aprobado. Después de un buen desayuno lleno de energía, hora de ir a misa y después de ello cogemos rumbo al colegio para llevar a cabo el primer día de campamento, como lo llaman aquí.
Hoy han venido pocos niños, pero, a pesar de ello, hemos realizado los primeros juegos con ellos, oración, presentaciones y hemos ido cogiendo confianza con ellos poco a poco. De tal modo que tras merendar con ellos hemos dado una vuelta por las distintas comunidades, conociendo de esta manera las comunidades de San José y Brisas de Morichal (de indígenas jivis) y la de San Enrique (de indígenas curriácos), invitando a todos los niños y niñas a venir al colegio.
Continuamos con una buena comida de despedida para la Madre María, y tras ésta empezamos a organizar los distintos medicamentos que habíamos traido según sus propiedades, para poder donarlos y cedérselos a todo aquel que lo necesite.
Llegando ya casi las 14:30 ponemos rumbo a la primera comunidad, Ekunay, a la que estaremos yendo toda la semana. Hoy hemos conocido a una gran parte de los niños y hemos podido jugar al futbol, voley y pintar con ellos. Pero no todo podía ir tan bien, porque como es muy típico de Venezuela, las lluvias pueden aparecer de un momento a otro y calarte en cuestión de segundos. Y gracias a este maravilloso suceso natural hemos podido vivir uno de los momentos mas graciosos con los que nos hemos reído mucho protagonizado por la Madre Yajaila corriendo con todos los niños encima y gritando “ vamos, corran!!”. Finalmente hemos terminado con una merienda y despidiéndonos de ellos hasta el día siguiente, aunque es muy probable que a muchos de ellos les veamos en el colegio por la mañana.
De vuelta a casa hemos tenido un maravilloso encuentro con Yunior, antiguo alumno y docente de la escuela, quien siempre colaboró mucho con los misioneros, y con quien hemos podido poner en común algunos momentos vividos con Raquel.
Acabamos el primer lunes con la cena, compartiendo nuestros mejores momentos vividos, agradeciendo poder estar aquí y con muchas ganas de empezar el día de mañana.
Esto empieza a coger forma
23 de julio de 2024
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