El ambiente está enrarecido…si…el subconsciente sabe que apenas nos quedan horas en Bacolod, aunque todavía contemos por días lo que nos falta para terminar el proyecto de este verano…así que con esta extraña sensación vivimos un jueves igual de intenso que los últimos días.
El día empezaba con una agradable sorpresa. Otro detalle chulísimo por parte de las religiosas, ya que hoy celebran el fallecimiento de Santa Carmen Sallés.
Después de esto, nos dirigimos al patio cubierto para celebrar una misa con todo el colegio. Durante la misa, un tormentón de los buenos nos hacía pensar que el día no iba a ser como habíamos planeado…

El resto de la mañana la pasamos un poco más tranquilamente que hasta ahora. Ayer había sido nuestro último día de clases de español y para hoy habíamos planeado el dibujo del logo en la pared, pero como eso lo hicimos ayer por la tarde, digamos que teníamos la mañana un poco «libre». Eso si, nos vino muy bien para terminar de hacer fotos a los niños becados que no habían estado cuando hicimos las fotos.
Después seguimos con la celebración a la hora de la comida.
A la 1 habíamos quedado con Sister May Ann que nos iba a enseñar a hacer el postre tan rico del que os hablamos hace unos días, así que después de que ayer fuéramos nosotros los que enseñábamos una receta, hoy nos tocaba a nosotros aprenderla. Ya os contaremos que tal nos ha quedado!

Por la tarde, y viendo que el tiempo nos daba una tregua a los planes que llevábamos retrasando desde el martes por culpa de la lluvia, nos fuimos a visitar a la congregación Siervas de María para llevarles las medicinas que trajimos desde España. Una congregación que se dedica a la parte sanitaria y que se hizo cargo de la clínica después de que hace unos 20 años los Agustinos la abandonaran. Cabe destacar también que la clínica se encuentra en el Barangay de San Ezequiel, que es el barangay más pobre de Bacolod. Las hermanas nos recibieron con mucho cariño, agradecidas por las medicinas y nos obsequiaron con un delicioso y refrescante zumo de pepino, limón y hielo, que para el calor nos vino de perlas.
Después una parada técnica en St.. Vincent’s Home para hacer unas compras, llegamos a The Ruins (las Ruinas), el sitio turístico por excelencia de Bacolod y la verdad es que el encanto que tiene este sitio, rodeado de campos de caña de azúcar es difícil de olvidar. Una construcción de principios del siglo XX y que los japoneses la querían ocupar como cuartel en la segunda guerra mundial, así que su dueño la quemó ya que el la había construido exclusivamente para su mujer. La historia le aporta todavía más encanto a la construcción.

Después de la visita, dimos buena cuenta de una cena en un restaurante italiano, al que sólo pudimos invitar a Sister May Ann, ya que Sister Esther estaba visitando a Sister Regina en el hospital, que parece que evoluciona favorablemente y hoy ya ha tenido un poco de apetito, buena señal!!

Antes de irnos a descansar dimos un paseo por el ayuntamiento nuevo y aprovechamos para darnos un masaje con una asociación parecida a la Once, ya que los chicos que daban los masajes eran ciegos, sordos o sordomudos.
Ya es noche cerrada en Bacolod y después de contaros nuestro día, nos vamos a descansar! Buenas noches a todos!!