Seleccionar página

Llevo tu luz y tu aroma en mi piel

17 de agosto de 2024

Nuestro último día en Venezuela comienza, en realidad, la víspera. Después de la partida comunitaria de UNO, tuvimos un momento muy especial para despedir a Yajaira. Los cuatro agradecimos lo que ha significado para este proyecto y ella también agradeció lo vivido y compartido con nosotros. Todo lo lloramos en silencio en el interior mientras nos dábamos el abrazo colectivo.
Pocas horas después, madrugamos para despedirla, porque hoy viajaba otras 12 horas para comenzar las vacaciones con su familia.
Aprovechamos un ratito más de cama, antes de levantarnos para nuestro último rezo de laudes comunitario y nuestra última eucaristía en Venezuela… este año. Allí nos despedimos, por tercera vez, de las hermanas de La Morán. Más vale que sobre que no que falte.
Después de desayunar, M. Margarita nos hizo un tour por el colegio de Montalbán. También impresionante. Es increíble la labor que han hecho las hermanas manteniendo las instalaciones en unas condiciones excelentes a pesar de las penurias que han tenido que pasar.

Tuvimos oportunidad de conversar con ella durante largo rato compartiendo nuestra experiencia en el proyecto y hemos disfrutado de su experiencia como misionera que ha entregado la mayor parte de su vida en esta provincia de Caribe.

Después de nuestro último rosario, llega la última comida. En la sobremesa, tenemos oportunidad de hacer con Socorro lo mismo que hicimos la noche anterior con Yajaira, pero sin abrazo colectivo, por peligro de aplastamiento. Profundamente agradecidos por haber sido testigos de la entrega de esta hermana.

Y llega la hora de salir hace el aeropuerto. Nos acompañan M. Mariana y Ana Virginia. Últimas despedidas antes de abandonar suelo venezolano. Nos vamos con una gran satisfacción interior, sintiendo que nuestra misión se ha cumplido y con el corazón desbordante de gratitud. Gracias a todas las personas que han contribuido, con sus donaciones, a que nuestro proyecto fuera más eficaz. Gracias a todas las personas que nos habéis acompañado con vuestra oración. Gracias a todas las hermanas Concepcionistas que nos han acogido y cuidado, especialmente a nuestras queridísimas Yajaira y Socorro. Gracias a todas las personas de bien con quién es hemos podido compartir vida y misión en Morichalito y en las comunidades indígenas. Gracias a Raquel por habernos ayudado tanto desde el cielo. Y gracias a Dios, que ha sido quien ha hecho posible que, después de 11 años, las puertas de Morichalito se volvieran a abrir para recibir misioneros de «Siempre Adelante». Como repite Socorro, «el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.»

 

 

 

Categorías

¡Síguenos!

Publicidad

ONG Acreditada

Suscripción al Boletín

Si quieres estar informado de las últimas actividades, noticias y causas de la Fundación Siempre Adelante, rellena el siguiente formulario y te enviaremos todas las noticias a tu correo.

¡No te lo pierdas!

[/db_pb_signup]

Pin It on Pinterest

Share This