Anoche preparando las maletas, organizando todo el material escolar, los medicamentos, el material deportivo… Nos dimos cuenta de que no viajamos solos, hay muchísimas personas detrás nuestra que ha querido aportar su granito de arena y en cierta forma vienen con nosotros. Era emocionante ver todo lo que hemos podido reunir y la cantidad de bien que podemos hacer… porque esto va destinado a gente que de verdad lo necesita, dónde los niños sueñan con tener su propio balón, dónde los enfermos suspiran por algo que alivie su dolor, dónde gracias al material escolar conseguido, un Colegio trata de dar la oportunidad de un futuro mejor a unos alumnos que sienten el colegio como su casa, porque se sienten seguros, protegidos, donde no sólo se enseña Matemáticas, Lengua, Inglés… sino que se educa en valores.
Damos las gracias a todos los que han colaborado, siendo conscientes de la responsabilidad que tenemos de ser portadores de ilusión, de alivio, de cariño y esperanza.
Queremos dar las gracias a Marisol y Vicente por su esfuerzo, dedicación y compromiso con el proyecto. A pesar de que no han podido venir con nosotros, son dos misioneros más, que van en nuestras maletas.
Escribimos ya desde el aeropuerto de Malabo… Después de esperar algo más de 3 horas a nuestras maletas, nos consuela haber visto la prórroga del partido de España y su victoria y nos da ánimos para una larga noche en el aeropuerto. Con paciencia estamos deseando llegar a Evinayong y que empiece nuestra Misión.