Comenzamos el jueves en el aeropuerto de Yaoundé, con pocas horas de sueño encima. Se retrasó todavía más nuestra llegada a casa debido a la pérdida de la maleta de Pablo. En el aeropuerto nos esperaban la hermana Felicité y la hermana Emilié, quienes nos trajeron a casa haciendo de guías en el impresionante “cambio de paisaje” que experimentaban nuestros ojos. Caminos color rojizo, caos absoluto de tráfico entre motos, taxis, runners, y los más madrugadores que empezaban el día acudiendo a sus negocios.
Tras un contundente desayuno y conocer a las hermanas que nos van a acompañar durante este mes, nos pusimos manos a la obra con todos los materiales. Colocamos y tuvimos tiempo de una reunión mañanera para organizar con Sister Felicité las clases y talleres que darán comienzo mañana.
Para comer, probamos dos platos nuevos típicos africanos: el fufu y la atanga. También teníamos unas deliciosas lentejas y arroz y carne. De postre, no podía faltar una jugosa piña. Después de comer, estábamos súper cansados y pudimos descansar de 2 a 5.
Tras una regeneradora siesta, nos reunimos para preparar el día de mañana. Distribución de grupos, aulas, preparación de una gynkana de bienvenida… ¡Qué ganas de recibir a los niños! Visita de nuevo al cole para ver las instalaciones con las que contaremos mañana y, después, cena con las hermanas. Nos han preparado tortilla de patatas, ensalada, unos riquísimos mangos, piña… ¡todo buenísimo!
Para terminar el día, hemos ido a un funeral que iba a ser a las 8. La chica que ha fallecido tenía sólo 30 años y ha tenido un accidente de taxi. Lo que en España se viviría como una auténtica tragedia, aquí se adorna con cantos, bailes, un proyector con fotos y vídeos de la chica y muchísima gente del pueblo acompañando. Cuál ha sido nuestra sorpresa cuando, tras una hora larga de espera al sacerdote, ¡no ha aparecido! La familia y amigos seguían esperando a ver si llegaba pero… rien de rien. Así que, tras el paseo nocturno y la espera escuchando canciones y alucinando con el panorama, nos hemos vuelto a casa para descansar, que mañana nos espera un gran día.
