Hoy amanecemos de una forma diferente, ya que últimamente hay un integrante nuevo en los alrededores que decide darnos los buenos días con sus cantos. Pero no te creas que es una melodía satisfactoria, sino todo lo contrario: son unos cacareos de un gallo que se meten en la cabeza y no paran.
Como siempre, madrugamos, preparamos el desayuno y preparados para rezar Laudes, continuando con el desayuno y misa. Y de esta manera ya vamos con muchas ganas y energía al campamento con los niños. Hoy el tiempo ha estado a nuestro favor, ya que no ha llovido por la mañana, lo que ha permitido la llegada de muchos más niños.
En el campamento avanzamos poco a poco, y una de las asignaturas que más ilusión les hace es el inglés. Cada vez se empiezan a escuchar más palabras y frases en inglés por parte de los niños.
Hoy la única diferencia ha sido en la hora de deportes, ya que esta semana hemos probado tres nuevos deportes: kicking ball, baloncesto y ultimate. La verdad es que han sido todo un éxito, ya que a los niños les ha encantado y han disfrutado mucho entre ellos.
Al finalizar la jornada de la mañana, volvemos a casa y, como “buenos españoles”, nos echamos una buena siesta reparadora. Cabe destacar que aunque algún misionero está cayendo en las manos de la gripe (pero no hay que alarmarse; está todo controlado y no es nada que una buena citronella elaborada por Madre Yajaira no pueda arreglar) no hay nada que los pare, y a pesar de su malestar, sacan siempre una sonrisa y energía para poder salir y ayudar.
Escuchando la melodía de los truenos y con la incertidumbre de cuándo llegaría la lluvia, nos dirigimos a la comunidad de Las Piñas.
Por suerte, no nos llovió y pudimos llevar a cabo distintos talleres de manualidades con plastilina, colores, y también jugar al fútbol y kicking ball.
Poco a poco ya se va notando cómo vamos cogiendo confianza poco a poco con los niños y niñas de Las Piñas y cómo ellos también van perdiendo la vergüenza o, como le dicen aquí, «la pena” y nos van dejando conocerles y disfrutar con ellos.
Después de esto, volvemos a casa. Es hora de descansar, darnos una ducha fresquita y prepararnos para cenar.
Una vez cenados, nos preparamos las clases para mañana y con muchas ganas de ver que nos sorprenderá mañana.
