S.O.S. Venezuela
La Campaña «Acercando Culturas» del curso 2018-2019 supuso un cambio de enfoque. Esta campaña, que tradicionalmente colabora en la elaboración de proyectos de cooperación al desarrollo, buscó, en esta ocasión, dar respuesta a una realidad que clama ayuda urgente: la crisis humanitaria que sufren nuestros hermanos de Venezuela.
Datos del Proyecto
Presentación de la situación y petición de ayuda
Mi nombre es Sabrina Gómez, soy exalumna del Colegio “La Concepción”, de las Madres Concepcionistas en Maracay (Venezuela) y, actualmente, vivo en un pueblo a las afueras de Barcelona llamado Terrassa. Vivir en un país diferente al tuyo es una experiencia de vida; te hace una persona más tolerante y te permite conocer un mundo de oportunidades y situaciones que no imaginabas. Pero es mucho mejor cuando lo haces por elección y sabes que puedes volver a casa cuando quieras y todo va a estar bien. Lamentablemente, los venezolanos que salimos de nuestro país no lo hicimos por gusto; lo hicimos por necesidad, porque cada vez había menos oportunidades de trabajo y los pocos trabajos que hay son muy mal pagados, sumado al hecho de que existe una inimaginable escasez de alimentos, productos de higiene personal, medicinas y, prácticamente, cualquier cosa que te haga falta, haciendo que lo poco que hay, sea mucho más caro de lo normal. Para nosotros, pensar en la idea de volver al país donde crecimos es casi imposible porque ese país ya no existe. Y no todos los venezolanos han podido salir. De hecho, hoy en día hay millones de personas allí que no tienen posibilidades de comprar alimentos, hay muchísima gente buscando comida en la basura. En todo el país, en cualquier calle, en cualquier ciudad, se ven personas revisando la basura de los edificios y las casas. Es, probablemente, una de las situaciones más difíciles de ver y entender. Además, hay una cantidad inmensa de niños y jóvenes que han dejado de ir a la escuela porque sus padres no tienen como alimentarlos. Por eso necesitamos tu ayuda y tus oraciones. Es urgente ayudar a nuestros hermanos que no tienen cómo comer y por esa razón están dejando también de estudiar. Cada granito de arena cuenta. Que nuestra generosidad sea más grande que la crisis. Te envío un abrazo muy grande y ¡gracias por ayudar!»