El sábado empezó bien temprano. Desayunamos a las 6:30 para empezar cuanto antes nuestro día de visita. Después fuimos a la casa de las hermanas capuchinas que nos dejaron su coche, donde podíamos ir los 11 juntos. Una vez montados comenzamos el viaje a Ebibeyin capital de la región norte.
El viaje dio para hablar mucho, conocernos más entre nosotros y, entre tanto, ver un poco de la ciudad desierta de Oyala.
Tras dos horas de viaje llegamos a Ebibeyin. La primera visita fue a las hermanas de Jesús María, que llegaron a Guinea en el año 50. Nos enseñaron su colegio e instalaciones. La segunda visita fue al obispado, pero este obispo tampoco estaba.
Después visitamos la catedral de la ciudad y fuimos al mercado, donde aprovechamos para comprar telas africanas y vimos las comidas típicas del país. Para terminar la mañana, visitamos el estadio de la ciudad, donde Dani, Andrea y Ana Rosa aprovecharon para una carrera.
Paramos para comer y reponer fuerzas para la gran aventura de la tarde. Objetivo: visitar al padre Paulino, antiguo párroco de Evinayong, destinado este año al distrito de Okong-oyeck. Tras varias recomendaciones, tomamos la decisión de ir por la antigua carretera de Bata y desviarnos por un camino en el que nos adentrábamos en plan selva. Comenzaba la aventura. El distrito estaba más lejos y el camino estaba mucho peor de lo que nos habían dicho. Tras grandes cuestas, bajadas, preguntar a muchísima gente que siempre nos decía que teníamos que seguir adelante y, bajarnos tres veces en distintos pueblos pensando que era nuestro destino, llegamos al pueblo, pero Padre Paulino no estaba. Estuvimos hablando con la gente del pueblo y finalmente nos dijeron que había otra carretera mejor preparada y no la que habíamos traído. Cuando nos disponíamos a volver por el nuevo camino, nos llevamos la sorpresa de encontrarnos con el Padre Paulino. ¡Qué alegría!
Realizamos la última parada en Mokom, donde están las Hijas de la Caridad que también nos enseñaron su colegio e instalaciones.
Ya anocheciendo nos dispusimos volver a casa, llegamos sanos y salvos, y más que dispuestos a descansar.
