Hoy no ha sido un día cualquiera. Desde que nos hemos levantado, se notaba algo distinto en el ambiente. Se podría decir que todos estábamos un poco tristes, el motivo: hoy era el último día de clase con nuestros niños.
Hemos aprovechado las últimas clases y, al terminarlas, algunos han soltado más que una lagrimita (no nos referimos únicamente a los alumnos). Después de todo este tiempo, se han ganado un sitio irremplazable en nuestros corazones y duele pensar que esto llega a su fin. Creo que hablo por todos cuando digo que jamás olvidaremos todos los momentos que hemos vivido con ellos, sus caras y la ilusión con la que nos esperaban en clase.
Las últimas palabras que nos han dicho a todos antes de salir de las aulas han sido las mismas: “MUCHAS GRACIAS”. Sin lugar a duda, de los agradecimientos más sinceros que los cuatros hemos oído en nuestras vidas.
Por la tarde, antes de los talleres, hemos tenido una clase especial de cocina. Les hemos enseñado a hacer tortilla de patata y les hemos preparado una para que pudiesen verlo. Cuidado lo buena que estaba…..
Tras recibir la triste noticia de que Reggina, la directora del cole, ha tenido que quedarse hospitalizada por un posible caso de Dengue, nos hemos puesto a terminar de pintar el patio. Hemos esperado a que entrara la noche para poder copiar el logo con un proyector.
Como veréis, a falta de escaleras, buenos son unos hombros.
Hoy hemos querido preparar una cena a la española: tortilla de patata y jamón serrano que trajimos de Madrid. Aún estamos babeando de lo bueno que estaba todo.
Ahora toca lavar ropa para empezar a hacer las maletas y descansar.
Saludos desde filipinas!!