Hoy nuestro día ha empezado, para algunos, un poco pronto. Como ya sabéis, ayer vivimos una tormenta que nos dejó sin luz. Nosotros ya creíamos que íbamos a estar hasta 3 días sin electricidad (ya que este suceso había pasado anteriormente y estuvieron 3 días sin luz). De tal modo, nos empezamos a preparar un poco: baterías portátiles, agua en la nevera, ahorrar agua, velas e inventos de bombilla (la linterna del móvil y una botella de agua). Nos fuimos a la cama sin esperanza de que volviera la luz, pero, como hemos dicho antes, el día empezó muy pronto para algún misionero. Esto se debe a que la luz volvió a las 3 de la mañana, y Ana Rosa y Alberto tuvieron que levantarse una, dos e incluso tres veces para apagar las luces y algún ventilador.
Hoy, que es sábado, hemos podido dormir un poco más. Hemos ido a misa, rezado laudes y llega uno de los momentos más esperados de la mañana: ¡arepas!
Seguido de esto, como ya sabéis (lo hemos contado en algún blog), estamos escasos de gasolina, por lo que no podemos salir con el coche. Por lo tanto, hoy ha sido mañana casera: fregar, barrer, quitar el polvo, hojas y muchas, pero muchas, lavadoras.
Tras terminar con las tareas de casa, nos hemos puesto manos a la obra con las manualidades. Ya contamos que ayer ganaron los Real Nemesis, y como premio les hemos hecho unas pulseras con su nombre personalizado. A pesar de que no disponíamos de los materiales específicos, hemos conseguido que queden bien y así se puedan llevar un recuerdo nuestro y de su victoria y risas en el campamento.
A las 12, como dice Alberto, es la hora del ángelus, y qué mejor manera de celebrar el sábado que con un pequeño pincho de cachapa, con un poco de queso y salchichón. Pero, obviamente, no nos olvidemos de una buena cerveza. Este pequeño pincho lo hemos disfrutado toda la comunidad y estaba delicioso.
Para comer hoy, tenemos uno de los platos más esperados de la misión: Yajaira ha hecho cochinillo con cachapas junto con la ayuda de Ana Rosa. La verdad es que estaba buenísimo; ¡deberían probarlo!
Tras la buena comida, como ya sabéis… una siesta, fuerzas renovadas, y nos vamos de camino a la última comunidad que vamos a visitar esta semana: Morichal verde.
Pero no os creáis que el día acababa aquí, porque hoy Sara ha hecho de peluquera y ha rapado a Alberto. A pesar de que le han quedado algunos trasquilones, se ha podido salvar y no ha quedado nada mal.
Para cenar, hemos podido disfrutar de una de las salsas mas ricas de aqui, guasacaca ( aguacate con mayonesa) de acompañamiento de unas buenas empanadas con queso, o ¿empanadillas?, ¿pastelitos?, ooo… ¿empadanitas?. Nos ha costado entender un poco la diferencia de todos ellos, pero la verdad es que a algunos les gustan más que a otros (si a ustedes no les ha quedado claro, Ana Rosa se lo puede explicar).
Y, por último, para finalizar el día, hemos comprado unos billetes de avión para ir a Caracas en nuestro día de salida, porque las probabilidades de que las carreteras estén cerradas son muy altas. Por ello, como dicen: “es mejor prevenir que curar” y no hemos querido arriesgarnos a quedarnos sin forma de llegar a Caracas. Ha sido toda una odisea comprarlos, pero «el que la sigue, la consigue» y nosotros ¡lo hemos conseguido!
La verdad es que no esperábamos un día tan interesante, pero ha sido un día muy completo que hemos podido disfrutar todos en casa y ya sintiéndonos como en casa. Estamos preparados para el día de mañana y con muchas ganas de ver qué pasará.
