Empezamos el día como siempre con la oración y el desayuno, donde Madre Dolores nos ha enseñado como se pela y corta uno de los distintos tipos de mango, cosa algo complicada para algunas.
Tercer día de clase. Himno, desayuno y empezamos. Se nota que estos chicos van a otro ritmo. Uno quiere ir al baño, a otro se le cansa la mano demasiado rápido, cualquier excusa es buena para posponer la tarea y que llegue cuanto antes la hora del receso, y la verdad es que no sé cómo lo hacen porque siempre terminan la tarea a tiempo.
En el receso toca sesión de peluquería, a estas chicas les llama mucho la atención nuestro pelo, «¡profe su pelo es tan lindo y suave!».
¡Nos han dejado monísimas!
A la vuelta un ratito más de clase y después cada clase a su taller.
Después de comer nos vamos al Batey, con la mejor música de fondo de la mano de nuestro coro particular y ¡ojo, menudo nivel!
Al llegar, tío Julio pasa lista, 72 alumnos de todas las edades con distintas necesidades, no tiene nada que ver con las clases de la mañana, tan cerca y tan lejos que cuesta creerlo.