Un día muy diferente

A pesar de que el día iba a ser muy diferente, comenzaba como de costumbre, a la misma hora. Hemos ido a la misa en la catedral de Bata, la cual nos ha sorprendido gratamente al durar bastante poco. Queríamos aprovechar el día al máximo, por lo que, por la mañana hemos ido a hacer compras. Primero, hemos visitado el Mercado Grande de Bata, donde las chicas han encontrado telas muy bonitas y los chicos se han dedicado a mirar. También hemos podido comprar figuritas y algo de comida para el viaje de mañana.
A la hora de la comida nos dirigiríamos a un restaurante a pie de playa. La ilusión de ver monos ya la habíamos dado por perdida, pero ha sido en el último día donde hemos podido verlos e incluso demasiado cerca, ya que nos han molestado un poco. Después de comer, ha sido una tarde de relax, unos se han echado la siesta, otros han dado un paseo por la playa y otros se han quedado en la piscina. Cuando empezaba a atardecer, volvíamos a casa. Nos hemos parado antes de llegar en el paseo marítimo a sacarnos una ultima foto en Bata todos juntos. El día de hoy ha sido una mezcla de emociones, ganas de descansar físicamente, ganas de disfrutar Bata, pero ganas, sobre todo de volver a Evinayong con nuestra gente.
Mañana muy temprano cogeremos el avión rumbo a España. Con mucha melancolía nos despedimos de un mes entero, lleno de felicidad, que ha tenido sus subidas y bajadas. Nos llevamos en el corazón a cada alumno de la Escuela de Evinayong , a cada una de las familias que hemos podido conocer, a los ancianos que hemos visitado y sobre todo con mucha gratitud hacia las maravillosas hermanas que nos han dado un trato excelente. Creemos que no es un hasta siempre, sino un hasta pronto.