Ya es viernes. Llega el fin de otra semana que se va sin que nos demos cuenta.
Mañana de Torneo de fútbol que termina con dos campeones en la “liga infantil” y un nuevo vencedor en la liga de los mayores. (Por cierto, en estos últimos partidos Fernando y Arturo se han animado a cambiar de posición, de árbitros a jugadores).
Tanto los petos que nos han donado en España como unas camisetas cedidas por la Universidad de Burgos, los utilizamos a diario para el taller de deportes y los viernes para los torneos así que… ¡ya tocaba limpiarlos! Menos mal que nos han ayudado Berte y Eveline con su gran potencia frotando camisetas… porque, si no, puede que todavía siguiésemos frotando.
Tras una deliciosa comida y una reparadora siesta (más corta de lo habitual, pero no nos quejamos), nos dirigimos al mercado “La brique” con Sœur Gertrude y Sœur Consolette. Telas, telas, y más telas. ¡Qué locura de mercado! ¡Una calle entera llenita de color!
Hablando del trayecto, hemos ido en el coche con papá Gaby y en un taxi típico de Yaoundé. ¡Quién dijo miedo! Sin espejos retrovisores y un mantenimiento extraordinario de la carrocería y tapicería del vehículo, hemos llegado estupendamente a ese mercado y después nos hemos ido en busca de la camiseta del equipo de Camerún: “Le Lyon indoptable.” Esta última misión ha resultado fallida, ya que llegamos un poco tarde a la zona y cuando encontramos un puesto era de ropa infantil, para conseguir las equipaciones grandes teníamos que ir con un chico a otra tienda y nos han dicho que es peligroso seguir a gente por la calle a estas horas. Así que… ¡tendremos que esperar!
Esperaremos con la misma emoción que están esperando algunos el plan de mañana: subir a la montaña que vemos todos los días desde casa. Un plan poco apetecible para unos, y muy deseado por otros. Nos acompañarán varios profesores del colegio… ya os contaremos cómo resulta la excursión.